Mi lugar - 1 Reyes 1



David fue un hombre que falló en muchas cosas, sin embargo era un hombre que amaba a Dios y quería vivir agradandole. David es llamado un hombre conforme al corazón de Dios y es el rey más conocido de Israel. Su reinado no fue de paz, sin embargo, Dios lo respaldo en sus batallas y a pesar de sus muchos errores, vio la mano de Dios sobre Él.
Ahora en este pasaje David está viejo y a punto de morir. Dios ya determinó que el sucesor de David sería Salomón, pero Adonías, otro de los hijos de David quiso asumir el trono de su Padre aun sabiendo que ese lugar le pertenecía a Salomón.
Adonias seguramente estaba capacitado para asumir el lugar de David, además tenia el aspecto de uno. La Biblia dice de él “Además, éste era de muy hermoso parecer”. A pesar de esto Adonias no tomaría el lugar de su padre, pues no era lo que Dios había determinado.
Algunas veces podemos ser como Adonías, deseamos tomar un lugar diferente al que Dios tiene para nosotros, queremos tomar una posición que Dios ha destinado para otra persona y despreciamos el lugar que quiere para nosotros.
Adonías quiso ser el rey de Israel y procuró tener la aceptación de sus hermanos y de los varones de Judá, sin embargo a pesar de esto no pudo lograr su proposito, Dios finalmente colocó al hombre que había determinado, Salomón.
Dios tiene un proposito para nosotros y nos quiere usar de una manera particular, sin embargo podemos desear ocupar otro lugar o ejercer la posición que no nos corresponde, pero Dios logrará su proposito y se glorificara a pesar de nuestra rebeldía. Depende de nosotros si queremos dejarnos usar tal y como Dios quiere hacerlo o luchar contra el deseo de Dios siguiendo nuestros propios deseos.
¿Queremos servir como Dios quiere que lo hagamos o como nosotros queremos?

Juan Carlos Ocampo