Una Fe “olímpica” - Filipenses 3.12-14




“Y también el que lucha como atleta,
no es coronado si no lucha legítimamente”
2 Timoteo 2:5
Es obvio que cada uno de los deportistas que acude a unos juegos olímpicos tiene en su pensamiento el poder adquirir una medalla, aunque esto pueda parecer un hecho poco probable. Sin embargo, hay algo diferente que quiero resaltar en la gran mayoría de deportistas, y es que al margen de que se gane o no una medalla muchos de ellos quieren lograr dos objetivos: dejar en alto el nombre de su delegación y de su país, y terminar su competencia aun cuando sea el ultimo. Muchos deportistas han caminado por los juegos olímpicos, pero tan solo algunos han obtenido una presea, sin embargo, la gran mayoría vuelven con la satisfacción de haber llevado con orgullo el nombre de su país y el haberlo representado aun cuando no fueran los primeros, otros tienen la satisfacción de que compitieron y aunque no ganaron una medalla no se retiraron de la carrera. A veces creo que a los cristianos nos hace falta pensar de una forma parecida.
Los deportistas se siente orgullosos de llevar el nombre de nuestro país en sus uniformes para que la gente pueda reconocerlos, sin embargo los cristianos a veces no avergonzamos de reconocer que somos seguidores de Cristo. Pero no basta tan solo con decir que somos cristianos, sino que de igual manera que un deportista, debemos dejar en alto el nombre de nuestro Padre. El mundo está lleno de cristianos que actúan como incrédulos, pero un verdadero cristiano exaltará a Dios con una vida que refleje la obra de Cristo. Mateo 5.16. Además, al igual que muchos de los deportistas, debemos interesarnos por mantenernos en la carrera y no retirarnos de ella. El caminar cristiano es difícil, pero no es una carrera de velocidad sino de resistencia, donde el que gana no es aquel que llegue primero, sino aquel que persevere y llegue a la meta. Puede que en medio de la carrera estemos cansados, agotados y parezca que todo a nuestro alrededor esta en nuestra contra, e incluso tal vez muchas cosas estén tentandonos a abandonar la carrera, pero siempre podemos contar con Jesús que estará ahí para levantarnos y mostrarnos el camino. Esto no significa que debemos vivir el cristianismo con un espíritu olímpico, sino que debemos vivir un cristianismo real, genuino, y que dependa completa y solamente en Cristo.

Juan Carlos Ocampo